miércoles, 16 de abril de 2008

Capitulo I - ¿Cómo reconocerlos?

Y si pasan sin que te dieras cuenta?
Parecen simples humanos… pero NO!
Son una raza especial
Ni mejores ni peores, rara.
La palabra es RARA

Yo me tope con uno hace algunos años.
Ignoraba, por supuesto, las experiencias insólitas que me tocarían vivir a lo largo del tiempo.
Que les iré contando en distintos capítulos.

Al principio pensé que el ejemplar que tenia en mi poder, era único e irrepetible.
Algo así como la figurita difícil del álbum.
Pero después me di cuenta, era una evolución distinta del Ser humano.
Mi ejemplar no era el único, había cientos de ellos diseminados por el mundo.
Todos unidos por una misma pasión LA BATERIA, o más que una pasión, un estilo de vida.

Con la experiencia adquirida puedo ayudarles a reconocerlos sin que les pregunten a qué se dedican.
Son fáciles de divisar a la distancia.
Solo hay que tener en claro 4 puntos claves

1 - Suelen tamborillear los dedos en forma continua.
En un silencio de la conversación, en medio de una charla, con la taza de café en las manos, cuando crees que están pensando una respuesta inteligente a tu pregunta - ¡NO!- También mueven sus dedos.
Cuando tienen que estar quietos (ej: Cuando nos casamos, frente al cura de la Iglesia, en el video, se puede divisar claramente los deditos moviéndose en su muslo acompañando la Marcha Nupcial mientras yo emocionada, iba camino al altar).
Si están tranquilos, si están nerviosos o los come la ansiedad, mover los dedos es su ley.
En ocasiones pueden cerrar los ojos o mirar para arriba buscando solo sabe Dios que inspiración para seguir tamborilleando. Alguno de ellos ha desarrollado una musculatura que hasta Stallone envidiaría… pero en las falanges de sus dedos.

2 - No escuchan música como cualquier mortal
Escuchan como cualquiera pero no reaccionan como tales.
Sin importar el lugar donde estén, la sala de espera de un médico, manejando, esperando la cena en un resto cool de Las Cañitas. Podrás verlos revoleando brazos a diestra y siniestra. Con los puños cerrados simulando un par de palos imaginarios. Y pateando el piso como si les hubieran robado los pedales y moviendo las cabezas como si recién salieran de Giordano. Perciben sonidos y los identifican con la exactitud tal, al punto de saber de que pulgada y que marca es el platillo suena en una décima de segundo. Lo primero que escuchan es la batería y después de pasarlo MUCHAS veces recién ahí logran escuchar la melodía. De las letras ni hablemos.
También suelen golpearse el pecho con las palmas abiertas, al mejor estilo de Tarzán en medio de la selva tratando de imponerle respeto a una fiera, pero no, están escuchando música y se nota

3 - Tienen un idioma muy particular.
Si tenes la ¿suerte? De encontrar una manada de ellos y te acercas despacio para que no se espanten o simulen ser normales, podrás escuchar frases incomprensibles como:

-CUNCUM PA - CUCUN CUM PA. (y no es que quieren decir Cumparsita y que no les sale).
-TUCU TUCU TA - TUCU TUCU TA (tampoco es que preguntan si el Tucumano esta?).
-TATA MAMA – TATA MAMA (y no están llamando a la madre y al padre al mejor estilo campo).
-PUM TCH – PUM TCH (nunca pude saber que significado extraño tenía, si hasta es difícil escribirlo).
-RATA TA TA TA – RA TA TA TA (no están avisando que “allí hay una rata” obvio).

Todos esos trabalenguas son nada más y nada menos que ritmos hablados
Y no solo han buscado un idioma propio sino que hasta sus matemáticas son un tema especial para ellos.

Hablan de 7/8 y por supuesto nunca es 56. O de 11/8 y al 88 nunca lo nombran. Y es ahí que empiezan a discutir sobre tresillos y quintillos, de acentuaciones como si estuvieran analizando una fórmula de física cuántica, en un laboratorio de la Nasa y de eso dependiera la salvación del planeta de la catástrofe final.
Ni se imaginen que pasa cuando aparece un 21/16. Se pudre todo. En casos muy extremos han tenido que llamar a mediadores para que no llegue a mayores las divergencias por las distintas formas de interpretarlos.
Nunca arriesgues tu vida para comentar 336

Adoran a Dioses de nombres extraños. Abrazan una religión de extrañas costumbres. Sus deidades no son inamovibles. No tienen categoría de intocables ni respetan escalas. Un día puede ser Menganito (no daré nombres reales) y a la semana Sultanito o ambos o tres o cuatro pueden compartir el centro de adoración. Pero eso no quita que sean cambiados por otros en semanas o meses.
Algunos dioses se destacan por innovadores, otros por trayectoria, algunos por su imaginación y así van alternando su lugar de veneración. Pero todos tienen Dioses preferidos. No les rezan ni les cantan Mantras, solo coleccionan sus videos, DVD, notas, CD, partituras, etc. Y hasta llega un momento que ya no tenes lugar donde albergar tanta devoción. Les conocen más las manos y los pies que sus caras

Un día entran corriendo a tu casa con un DVD bajo el brazo, y atropellando al perro, sin saludarnos siquiera, se tiran en palomita sobre el reproductor, suben bien fuerte el volumen de la tele, ponen el disco en su lugar, se apropian del control remoto y en la pantalla aparecen ELLOS (alguno de los elegidos) mostrándoles el camino de la verdad para alcanzar, no la vida eterna, sino mayor velocidad en los pies, las manos, pegarles a los platos con la punta y el culo del palo, cualquiera de esas cosas o mas.

Estas son algunos de los tics de la mayoría de los bateristas.
Quien haya convivido con alguno lo habrá comprobado.
Son así, les juro que no exagero en nada.
Tengo amplia experiencia en el tema.
Ya les contaré mas cosas en el futuro.
No dejen de leerlo

Hacer esta columna es mucho mas barato que el psicoanálisis.

Hasta pronto.
Angelina Cymbals